Fui dueño de una parte de tu vida.
llegaste y simplificaste el dolor y la felicidad
te di parte de mis risas y hasta te compartí algo de mis miedos
Me domaste a tu manera en la capsula de tus ojos
y anduve más de una vez por las redes de tu pelo, me gustó, debo admitirlo
fui un asertivo conquistador y tú una aficionada por conquistarme
Al final un éxodo irrevocable nos invadió
mis ínfulas de exigencias me dejaron frente a la ventana
en donde ya no mirabas junto a mí la lluvia caer.
Lo peor, no lo siento, no te extraño.
me pregunto: ¿es normal?
te lo juro, quise amarte, pero fue imposible
Lo pensé, me programé, pero es difícil inventarse los sentimientos
Vivamos de los recuerdos y de las metáforas
de los libros y las ilusiones
vivamos, pero no vivamos.
Soy un hombre de fe.
No fuiste otra más, simplemente fuiste tu
la chica de los profundos ojos y silueta dorada,
te seguiré esperando y seguirás esperando
y en la espera hallarás lo que tanto anhelas y mereces.
Créeme, Soy un hombre de fe.